Durante varias décadas el magnetófono fue el único dispositivo conocido aplicado a la grabación y reproducción de voces humanas. Permitió a las agencias radiofónicas diferir sus programas y no que sea todo en vivo.
En sus cintas quedaron grabadas voces de estadistas mundiales y de músicos generando un registro histórico a las generaciones venideras.
El magnetófono es un aparato que se usa para grabar y reproducir sonido mediante impulsos electromagnéticos. Su funcionamiento hace que se imante una cinta cubierta por óxido de hierro pasando a través de los polos contenidos en un electroimán.
Su mecanismo permite que se registren sonidos diferentes en soportes magnéticos que estén adheridos a una cinta plástica. Eso se da a través del procesamiento de las señales eléctricas que provienen de micrófonos (voz humana) o de instrumentos eléctricos y acústicos.
El magnetófono de alambre (una idea de Oberlin Smith) fue el resultado de experimentos realizados con el telégrafo. En 1930 se creó el magnetófono de alambre o grabador de alambre (wire record) que lo colocó en el mercado doméstico mientras que en la década del `40 fue utilizado por los aliados durante la Segunda Guerra Mundial.
Además, se realizaban grabaciones sobre pasta, acetato, goma laca en 78 RPM y Shellac. Poder regrabar en el alambre convertía a esta clase de maquina en un dispositivo esencial para enviar mensajes. De hecho, en un principio, la grabadora fue usada para el registro del alfabeto Morse.
Eso se dio porque los equipos tenían la capacidad de reproducir solamente estados de “nomagnetismo” y “magnetismo”. Pero, después de eso, se dio la posibilidad de que se llegaran a grabar sonidos mucho más complejos.
En el año 1932, Fritz Pfleumer cedió los derechos a la Allgemeine Elektrizitäts Gesellschaft o AEG quien realizó los ensayos iniciales para construir grabadoras con cintas magnéticas.
En 1933, la AEG dio inicio a la comercialización de magnetófonos de alambre y acero. Pero la historia del magnetófono revela que fue en 1935 que el modelo K1 se presentó inicialmente al público por la empresa Telefunken AEG.
De igual forma, sucedió con una cinta magnética que manufacturó BASF. Todo eso ocurrió durante una Exposición Radiotécnica en Berlín.
La entrada de este aparato al mercado estadounidense comenzó gracias a Jack Mullin. En julio del año 1945, Mullin se trasladó hasta Alemania tomando pleno conocimiento de la existencia de una grabadora con excelente calidad.
En la IRE (Instituto de Ingenieros de la Radio) ofreció públicamente una demostración del magnetófono. Fue la primera demostración en los Estados Unidos y para el año 1946 se fabricó la primera grabadora con cinta magnética con diseño y construcción estadounidense.
Esta se llamó Brush BK 401 Sound Mirror, y Brush Industries fue la firma que la creó. 2 años después, el día 27 del mes de enero del año 1948, Ampex logró vender una máquina grabadora para uso civil. Esta fue el modelo 200A, el primero de su clase en el país.
La historia del magnetófono refleja que la cinta se convirtió en el medio que dominaba la grabación máster y su uso principal fue la impresión de los programas con antelación, es decir, se pudieron emitir programas de radio diferidos..
Fue una revolución técnica en la radiodifusión.
El hecho de que Jack Mullin empujara la formación de Bing Crosby Enterprises Electronics División contribuyó al auge del magnetófono. En ese entonces, esa empresa llegó a ser la única distribuidora de las grabadoras Ampex a nivel mundial.
ABC fue el primer cliente, pero luego le siguieron CBS, Capitol Records, Mutual y NBC. También Decca, Columbia Records y RCA Víctor. Por lo tanto, para 1950 las ventas de este aparato llegaron a ser de hasta 110.000. En 1952 las grabadoras de alambre habían prácticamente desaparecido.
Por esa razón, durante ese año, las ventas ascendieron a 150.000 unidades. Mientras que para 1953 se llegaron a vender 200.000 máquinas, superando esa cifra en 25.000 el año siguiente. Ya en 1955, el año en que nació el rock and roll, llegaron a venderse unas 360.000 unidades.
Los magnetófonos constituyeron el medio para guardar discursos, datos, música e información de programas de la radio. Eso fue así hasta que aparecieron los computadores u ordenadores en los años de 1990.
En su momento, fueron un buen medio para editar sonido y no hacer grabación directa. Por ello, las emisoras de la radio, los estudios y la industria de sonido poseían en su equipamiento magnetófonos. Sin embargo, cuando se introdujo la tecnología digital, su desaparición se hizo inminente.
La recuperación de las grabaciones de magnetófono es posible con su digitalización. En B&W trabajamos recuperando recuerdos mediante la conversión de cintas de magnetófono a medios digitales tales como CD, DVD, pendrive y otros. Además, proveemos los servicios de
Así que contáctanos al número 637 797 867 para darte una consulta y un presupuesto de forma inmediata.