Actualmente, contamos con muchas maneras de reproducir canciones u otras grabaciones, pero esto no siempre fue así. Si retrocedemos hasta la década del ‘60 descubriremos que el formato de audio predominante era el cassette. ¿Cuál es su historia?
Su historia se origina en el año 1962 cuando el ingeniero holandés Lou Ottens diseña este dispositivo. Antes de su lanzamiento al mercado, se habían desarrollado sistemas de cartuchos de cinta similares. Por ejemplo, el RCA creado en 1958.
El cassette (cajita, en francés), se trata de una carcasa protectora de plástico que contiene dos carretes con cinta magnética que corren a una velocidad de unos 4.76 centímetros por segundo. Estas tenían dos pares de pistas estereofónicas y en cada cara había un par de pistas.
La marca holandesa Philips, dedicada al mercado electrónico, fue quien inventó el reconocido producto. Ante la presión ejercida por la empresa Sony, el cassette compacto se licencia como un formato libre, permitiendo que otras empresas tecnológicas comiencen a fabricar sus propios sistemas de cartuchos. Esta acción, fue una de las razones por las que este formato se volvió tan popular logrando una gran expansión.
La producción masiva inició en el año 1963 en Alemania, específicamente en la ciudad de Hannover. El formato se dio a conocer al público en la “Feria Berlin Radio Show”, actualmente, esta es conocida como IFA.
Quienes tuvieron la dicha de conocer este fascinante producto, notaron que se trataba de un formato más pequeño al ya conocido para la época, ya que antes de la llegada de las cintas de cassettes se usaban los discos de vinilo, los cuales resultaban difíciles de transportar (ambos eran los formatos habituales para la música pregrabada en ese entonces).
En 1963, junto a la primera cinta de grabación, la casa Philips, luego de una extensa lista de invenciones, lanzó al mercado los primeros reproductores-grabadores cassettes compactos.
Aunque en el mercado no se encontraba otro dispositivo que presentara características superiores en cuanto a portabilidad, este contenía ciertas fallas. Entre ellas, graves problemas de sonido, pues sus bocinas no eran lo suficientemente potentes como las de los tocadiscos.
En comparación con los discos de vinilo, los cassettes eran mucho más pequeños y por ende sus reproductores más sencillos de transportar. Esto despertó el interés del público y dicho formato no tardó en expandirse por toda Europa.
Un año después de alcanzar su apogeo en Europa, el cassette llega a los Estados Unidos y a partir de ese momento su popularidad no dejó de incrementarse.
Si miramos hacia el pasado, podemos notar que esta pieza marcó un antes y un después en la reproducción musical y está claro que lograrlo no fue una tarea sencilla.
Los primeros cassettes solo grababan voz y dictado. Estos tenían baja capacidad de almacenamiento y la calidad de sus reproductores no era apta para música. Además, los primeros aparatos presentaban fallas mecánicas al reproducir los sonidos.
Con el transcurrir de los años se corrigieron estos errores y el formato de reproducción mejoró tanto que llegó a ser el más importante del mundo.
La historia del cassette de audio, fue escrita progresivamente por dos décadas. Durante este tiempo, el formato sufrió importantes cambios y mejoras.
En sus inicios, los primeros dispositivos solo tenían la capacidad de grabar, pero pocos años después de su creación, esto cambió. En 1965, fueron lanzadas al mercado, cintas con música grabada. Para distinguir estas de los que solo grababan, los de música se conocieron como Musicassettes o MC.
En septiembre de 1966, los Musicassettes llegaron al mercado estadounidense. Los MC contaban con una oferta de 49 títulos provenientes de The Mercury Record Company, una filial de Philips ubicada en Estados Unidos. Para 1968, ya existían cassettes que almacenaban, grababan y reproducían.
La confianza que tenía el público en este producto y sus reproductores, no dejaba de aumentar. Alrededor del año 1971, se introdujo un formato que combinaba una cinta magnética de dióxido de cromo con la reducción de ruidos Dolby, esto permitió mejorar la calidad musical que, hasta ese momento, contaba con varios errores de sonido.
Gracias a la combinación especificada, la calidad de la reproducción dio un gran salto. Con esto, el cassette se convirtió en un formato apto para su uso en la industria musical.
Uno de los aspectos que contribuyó a la popularización de este producto entre 1963 y fines de los años 1980, fue la decisión dominante de Philips (en respuesta a la presión que ejerció la marca Sony) de licenciar el formato gratuitamente hacia otras empresas especializadas.
Es así, que a través de esta resolución, a mediados de la década del 70 la empresa japonesa Maxell, lanza al mercado los cassettes con cinta virgen que permitieron grabar y borrar en forma continua e ilimitada.
Marcas como Akai, Pioneer y Technics se encargaron de producir grabadoras portátiles. También se diseñaron reproductores más pequeños que los de Philips, el más popular fue el Walkman.
Un antes y un después en la historia del cassette fue la creación del Walkman de Sony. Estos pequeños aparatos permitieron lo impensado para la época, que los amantes de la música pudieran llevar sus canciones a cualquier lugar.
Sony lanzó “Walkman” el 1 de julio de 1979. Se trataba de un pequeño reproductor de audio portátil que contaba con auriculares, ofreciendo al usuario la posibilidad de trasladar su música hacia cualquier lugar. El tamaño de los Walkman no era demasiado mayor que el del cassette y con el tiempo se le realizaron mejoras a este dispositivo. Por ejemplo, comenzaron a incorporar sintonizadores de radio, agregando aún más diversidad a lo que un consumidor podía programar. Este instrumento, marcó un paradigma para los productos de la marca, ya que eran reconocidos por su estilo casual y moderno para la época. El artefacto era azul metálico, simulando el color de los jeans que estaban de moda. Estos pequeños reproductores protagonizaron en aquel período, la misma revolución social que provocarían más adelante los reproductores de mp3.
El Walkman llegó a las tiendas con un precio de USD 150. En la actualidad esto sería un poco menos de USD 500 si lo ajustamos a la inflación. Este dispositivo, necesitaba de dos pilas AA y lo mejor era que podía trasladarse en un bolsillo
Con la existencia de los grabadores y reproductores portátiles, este formato alcanzó sus años dorados. Este dispositivo se extendió hasta la década de los ‘80. Durante esa etapa, se crearon grabadoras que contaban con las siguientes características:
Las cintas de audio dominaron el mercado por un par de décadas, pero, como es de esperar, la tecnología avanzó y con los desarrollos tecnológicos, llegaron nuevas formas de reproducción que las superaron, ¿cuáles fueron?
En 1979, Toshitada Doi de Sony y Kees Schouhamer Immink, inventaron los discos compactos, los cuales terminaron reemplazando a los cassettes. Aunque fueron creados a finales de esta década, los CD 's alcanzaron su verdadero éxito en 1981. Un año después, en 1982 se lanzó su correspondiente lector de la marca Sony.
Debido a la popularización de los compact discs, el ocaso de las cintas en formato analógico, se produjo entre finales del año 1980 e inicios de los ‘90. Durante este tiempo, aumentaron considerablemente las ventas de los CD 's hasta el punto de superar las cintas de audio.
Además del disco compacto, durante los últimos años de la década del ’80, se crearon el DAT y MiniDisc, pero estos no alcanzaron la misma fama. Debido a que el formato de reproducción estaba pasando del analógico al digital, muchas empresas cambiaron su enfoque, entre ellas Philips y Sony.
Para el año 1992, Philips había introducido el DCC al mercado, este se trataba de un dispositivo compacto digital. Cuando comparamos el DAT con el DCC, este último tuvo menos éxito en la grabación y reproducción doméstica. Por ello, su fabricación se detuvo en 1996.
A inicios de los 2000, las cintas analógicas ya eran una tecnología casi obsoleta. Una muestra de ello, es que, durante el año 2001 en Estados Unidos, representaron solo el 4 % de la música vendida en todo el país. Sin embargo, esto no significa que su historia llegara a su fin con la presencia del nuevo milenio.
Para el 2010 aún se producían cassettes, cintas vírgenes y micro – cassettes. Claro está, que estos ya no se vendían a gran escala como en sus años de gloria, sino que su venta era al por menor.
Existen varias singularidades que complementan la historia del cassette, una de ellas tiene que ver con los primeros dispositivos para escuchar música. Los reproductores inventados por Philips eran considerados “compactos” en esa época. Sin embargo, si los usáramos en la actualidad no pensaríamos lo mismo.
Uno de los primeros aparatos de Philips, fue el “EL 3300”, este pesaba más de 1.5 kilogramos. Conocer este dato nos ayuda a entender por qué el Walkman fue tan revolucionario para la población.
La segunda curiosidad, se centra en el impacto que el cassette tuvo en el cambio social. Debido a que este era resistente, fácil de transportar y de copiar, sirvió para que los géneros musicales como el heavy metal y el punk llegaran a los países que estaban detrás de la “Cortina de Hierro”.
La tercera y última peculiaridad, es la cantidad de unidades que se vendieron en todo el mundo. Se calcula que el número de dispositivos vendidos fue de ¡100 mil millones!
A pesar de que existen nuevas formas de reproducción, hay hogares en los que aún se encuentran estos artefactos. Muchos desean recuperar las grabaciones que aún se encuentran en ellos, pero ya no cuentan con reproductores adecuados, ¿qué se podría hacer? Nuestra mejor sugerencia, es que transformen el audio de cassettes a formatos modernos.
En B&W nos dedicamos a esto, tenemos casi 20 años de experiencia. Podemos transferir las grabaciones de cintas de cassettes a CDs o el formato digital que prefieras. Si quieres conocer más sobre nuestro trabajo, con gusto atenderemos tus consultas y te brindaremos la información que requieras.
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